Estados Unidos compra la región de Luisiana a Napoleón Bonaparte, entonces Primer Cónsul francés, por un precio total de 15 millones de dólares.
Tal día como hoy, 20 de diciembre de 1803, Estados Unidos completó una de las transacciones territoriales más significativas de su historia: la Compra de Luisiana. Este evento marcó un hito crucial en la expansión territorial del país y tuvo profundas implicaciones geopolíticas y económicas.
A principios del siglo XIX, Napoleón Bonaparte, entonces Primer Cónsul de Francia, había recuperado el control de la región de Luisiana de manos de España a través del Tratado de San Ildefonso en 1800.
Sin embargo, la situación en Europa era tumultuosa, con Napoleón enfrentando conflictos en múltiples frentes. La posesión de Luisiana se volvió menos estratégica para Francia, especialmente después de la fallida expedición a Haití y la necesidad de financiar sus guerras en Europa.
La Negociación
El presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson, estaba interesado en adquirir Nueva Orleans y sus alrededores para asegurar el acceso al río Misisipi, vital para el comercio estadounidense. Jefferson envió a James Monroe y Robert R. Livingston a Francia para negociar la compra de Nueva Orleans.
Sin embargo, Napoleón, necesitado de fondos y preocupado por la posibilidad de que Luisiana cayera en manos británicas, ofreció vender toda la región de Luisiana a Estados Unidos.
La Compra
El 30 de abril de 1803, se firmó el tratado de compra en París. La región de Luisiana, que abarcaba aproximadamente 828,000 millas cuadradas (más del doble del tamaño de los Estados Unidos en ese momento), fue vendida a Estados Unidos por un precio total de 15 millones de dólares, lo que equivale a unos 3 centavos por acre.
La transacción se completó formalmente el 20 de diciembre de 1803, cuando la transferencia de soberanía se hizo efectiva.
La Compra de Luisiana tuvo varias consecuencias importantes:
Expansión Territorial: La adquisición de Luisiana duplicó el tamaño de Estados Unidos, proporcionando una vasta región que se extendía desde el río Misisipi hasta las Montañas Rocosas.
Exploración y Asentamiento: La compra abrió nuevas oportunidades para la exploración y el asentamiento en el oeste. La expedición de Lewis y Clark, que comenzó en 1804, fue una de las primeras misiones para explorar y cartografiar el nuevo territorio.
Geopolítica: La adquisición de Luisiana cambió el equilibrio de poder en América del Norte, fortaleciendo la posición de Estados Unidos frente a otras potencias europeas y reduciendo la influencia francesa en el continente.
Economía: El acceso al río Misisipi y al puerto de Nueva Orleans fue crucial para el comercio y la economía estadounidense, facilitando el transporte de bienes y productos agrícolas.
La Compra de Luisiana es considerada uno de los logros más importantes de la presidencia de Thomas Jefferson y un momento decisivo en la historia de Estados Unidos.
La adquisición no solo expandió significativamente el territorio del país, sino que también sentó las bases para su futura expansión hacia el oeste y su eventual consolidación como una potencia continental.
En resumen, el 20 de diciembre de 1803, la Compra de Luisiana marcó un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos, transformando su geografía, economía y destino geopolítico.
