Tal día como hoy, 17 de diciembre de 1790.

Se descubre la Piedra del Sol azteca al realizar unas obras de urbanismo en la ciudad de México, recibiendo el nombre de calendario azteca ya que se pensó que era un artilugio para medir el tiempo.

Tal día como hoy, 17 de diciembre de 1790, se descubrió la Piedra del Sol azteca durante unas obras de urbanismo en la Ciudad de México.

Este hallazgo fue un evento significativo en la arqueología y la historia de México, ya que la Piedra del Sol es uno de los artefactos más emblemáticos de la cultura azteca.

Contexto Histórico

La Piedra del Sol, también conocida como el Calendario Azteca, es un monolito de basalto tallado que data del siglo XV.

Fue creado durante el reinado de Axayácatl, el sexto tlatoani (gobernante) de Tenochtitlán, la capital del Imperio Azteca.

La piedra fue enterrada en la Plaza Mayor de Tenochtitlán, que más tarde se convirtió en la Plaza Mayor de la Ciudad de México después de la conquista española.

El 17 de diciembre de 1790, mientras se realizaban obras de urbanismo en la Plaza Mayor de la Ciudad de México, los trabajadores descubrieron la Piedra del Sol enterrada bajo tierra.

El hallazgo causó gran revuelo y atrajo la atención de arqueólogos e historiadores. Inicialmente, se pensó que la piedra era un calendario debido a sus intrincados diseños y símbolos, lo que llevó a que se le diera el nombre de «Calendario Azteca».

Características de la Piedra del Sol

Diseño y Simbolismo: La Piedra del Sol es un disco de basalto de aproximadamente 3.58 metros de diámetro y 1.22 metros de espesor, con un peso de alrededor de 24 toneladas.

Está ricamente tallada con símbolos y figuras que representan la cosmología azteca. En el centro de la piedra se encuentra la figura de Tonatiuh, el dios del sol, rodeado por varios anillos concéntricos que contienen símbolos relacionados con el tiempo y el cosmos.

Interpretación: Aunque inicialmente se pensó que la piedra era un calendario, los estudios posteriores han sugerido que su función era más compleja. Algunos investigadores creen que la Piedra del Sol representa la visión azteca del universo y el ciclo del tiempo, incluyendo las cinco eras o «soles» de la cosmología azteca. Otros sugieren que podría haber sido utilizada en rituales y ceremonias religiosas.

    El descubrimiento de la Piedra del Sol tuvo un impacto significativo en la comprensión de la cultura azteca y su cosmología. La piedra proporcionó valiosas pistas sobre las creencias y prácticas religiosas de los aztecas, así como sobre su avanzado conocimiento del tiempo y el cosmos.

    Patrimonio Cultural: La Piedra del Sol se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de la cultura azteca y del patrimonio cultural de México. Está expuesta en el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México, donde atrae a miles de visitantes cada año.

    Investigación y Estudio: El hallazgo de la Piedra del Sol ha inspirado numerosos estudios y debates entre arqueólogos, historiadores y antropólogos. La interpretación de sus símbolos y su función exacta siguen siendo temas de investigación y discusión.

    Influencia en la Cultura Popular: La Piedra del Sol ha influido en la cultura popular y el arte, apareciendo en libros, películas y otras formas de medios. Su diseño y simbolismo han sido adoptados y adaptados en diversas manifestaciones culturales.

      Hoy en día, la Piedra del Sol sigue siendo un objeto de gran interés y estudio.

      Su descubrimiento en 1790 marcó un punto de inflexión en la arqueología mexicana y continúa siendo una fuente de orgullo y fascinación para el pueblo mexicano. La piedra no solo es un testimonio del pasado azteca, sino también un símbolo de la rica herencia cultural de México.

      En resumen, el descubrimiento de la Piedra del Sol el 17 de diciembre de 1790 fue un evento histórico que ha tenido un impacto duradero en la comprensión y apreciación de la cultura azteca.

      Su legado perdura en la investigación académica, la cultura popular y el patrimonio nacional de México.

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