El compositor ruso Serguéi Rajmáninov presenta su Concierto para piano n.º 3, el que es considerado una de las piezas para piano más difíciles técnicamente de la música clásica.
El 28 de noviembre de 1909, el compositor y pianista ruso Serguéi Rajmáninov presentó su Concierto para piano n.º 3 en re menor, Op. 30, en Nueva York, con el propio autor como solista. Esta obra se ha ganado un lugar de honor en el repertorio clásico y es considerada una de las composiciones para piano más técnicamente desafiantes jamás escritas.
El Concierto para piano n.º 3 destaca por su complejidad técnica, tanto para el pianista como para la orquesta.
Su dificultad radica en la virtuosidad que requiere el solista, con pasajes rápidos, escalas complicadas y un uso intrincado de las teclas que demandan una gran destreza y control.
Además, la obra presenta una mezcla perfecta entre la emoción y el virtuosismo, con pasajes de gran lirismo seguidos de secciones de enorme agitación y dinamismo.
La obra fue bien recibida en su estreno y rápidamente se convirtió en una de las más populares de Rajmáninov, siendo ampliamente interpretada y admirada por pianistas y audiencias en todo el mundo.
A lo largo de los años, el Concierto para piano n.º 3 ha sido grabado por numerosos pianistas y sigue siendo una pieza fundamental en la interpretación del repertorio romántico.
Su presentación en 1909 marcó un hito en la carrera de Rajmáninov, consolidándolo como uno de los grandes compositores e intérpretes de su tiempo.
