Tal día como hoy, 13 de noviembre de 1841.

El neurocirujano escocés James Braid inicia su interés y estudios sobre hipnotismo; término que él mismo acuñó, tras presenciar una demostración de ‘magnetismo animal’, mesmerismo o terapia en seres a través de un medio etéreo.

El neurocirujano escocés James Braid comenzó sus investigaciones sobre el hipnotismo, un tema que daría forma a toda una rama del estudio de la mente. Fue precisamente Braid quien acuñó el término «hipnotismo» para describir un estado de concentración profunda y sugestión en el que una persona puede experimentar cambios en la percepción, la memoria y el comportamiento.

Su interés por este fenómeno surgió tras presenciar una demostración de «magnetismo animal» o «mesmerismo», una práctica popularizada por Franz Mesmer que sostenía que se podía influir en los seres humanos mediante un supuesto «fluido» etéreo.

Hasta ese momento, el mesmerismo se interpretaba como un proceso casi místico, envuelto en ideas de energía y magnetismo espiritual.

Sin embargo, Braid abordó el fenómeno desde una perspectiva científica y comenzó a estudiarlo como un estado psicológico, no sobrenatural.

Braid creía que el estado hipnótico podía inducirse a través de la concentración intensa y repetitiva, y rechazaba la noción de «magnetismo animal», que atribuía la causa del trance a fuerzas externas. Con esto, dio el primer paso hacia la creación de una teoría moderna del hipnotismo.

Los estudios de Braid sobre el hipnotismo fueron pioneros y sirvieron como base para una mejor comprensión de la mente humana.

Sus observaciones contribuyeron a que la hipnosis pasara de ser considerada un fenómeno esotérico a un campo de estudio en psicología y medicina, que se utiliza en terapias para el manejo del dolor, la ansiedad y otros trastornos.

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