Martina Castells Ballespí es investida Doctor en Medicina y se convierte en la primera mujer en España en doctorarse.
Martina Castells Ballespí alcanzó un logro histórico al convertirse en la primera mujer en España en obtener el título de Doctora en Medicina. Su investidura rompió barreras en un campo que hasta entonces había sido dominado exclusivamente por hombres, especialmente en una época en la que el acceso a la educación superior para las mujeres estaba severamente restringido.
Martina Castells Ballespí representa un hito en la historia de la medicina y de los derechos de las mujeres en España. Nacida en Lleida en 1852 en una familia acomodada y culta, tuvo la oportunidad de recibir una educación más allá de la que era común para las mujeres de su época. Su vida y logros tienen un enorme simbolismo porque, en aquel momento, a las mujeres se les negaba sistemáticamente el acceso a la educación superior y, en muchos casos, se las desalentaba de participar en el mundo académico o profesional fuera del ámbito doméstico.
Desde joven, Martina mostró una fuerte vocación científica y un interés particular en la medicina, un campo en el que las mujeres tenían que superar enormes barreras legales y culturales.
Comenzó sus estudios en la Universidad de Barcelona, donde enfrentó directamente la discriminación de sus compañeros y profesores, quienes no veían con buenos ojos a las mujeres en un entorno académico de medicina.
La perseverancia de Martina la llevó no solo a completar la carrera, sino a destacarse entre sus compañeros.
Además de los obstáculos sociales, el ámbito educativo en sí mismo carecía de un sistema de apoyo para mujeres, lo que hacía el camino aún más arduo para pionera.
Su tesis doctoral: Un reflejo de su visión avanzada
En 1882, Martina presentó su tesis doctoral titulada «Educación física, moral e intelectual que debe darse a la mujer para que contribuya en grado máximo a la perfección y felicidad de la Humanidad» . Esta tesis
Con esta obra, Martina también planteó la idea de que la educación de las mujeres debía abarcar aspectos físicos, morales e intelectuales, y defendía que, para alcanzar la felicidad y la realización, las mujeres debían tener la oportunidad de desarrollarse plenamente en todos estos ámbitos.
Sus ideas y su visión sobre la educación femenina estaban muy adelantadas para su tiempo y anticipaban algunas de las reivindicaciones del feminismo en el siglo XX.
Una carrera prometedora truncada prematuramente
El logro de Martina Castells Ballespí fue inmenso, no solo porque superó las barreras para doctorarse, sino porque su trabajo sentó las bases para el avance de futuras generaciones de mujeres en la medicina.
Sin embargo, su vida fue corta: falleció en 1884, apenas dos años después de doctorarse, a los 31 años, posiblemente debido a complicaciones relacionadas con un embarazo.
Su muerte impidió que pudiera desarrollar la carrera profesional que prometía, y probablemente truncó muchas otras contribuciones que podría haber hecho al campo de la medicina y la sociedad.
Legado y reconocimiento póstumo
Aunque su nombre no fue ampliamente reconocido en su época, Martina Castells ha recibido un merecido reconocimiento en tiempos recientes. Su labor como pionera inspiró a otras mujeres, como Dolors Aleu, la primera mujer en España en ejercer como médica tras doctorarse en el mismo año que Castells. A pesar de las dificultades, estas primeras doctoras y médicas abrieron el camino para que, en el siglo XX, las mujeres lograran un acceso más igualitario a la medicina y a otros campos profesionales.
Hoy en día, el legado de Martina Castells Ballespí está registrado en distintas instituciones académicas y médicas en España.
Se le reconoce como una figura clave en la historia de la medicina y en la lucha por la igualdad de género.
Su vida y su trabajo han sido un recordatorio de que el avance social y científico depende en gran medida de la inclusión de todas las voces y talentos, indep.
