Estados Unidos detona la primera bomba de hidrógeno o termonuclear, llamada Ivy Mike, en el atolón de Enewetak Islas Marshall, con una potencia de 10.4 megatones; La bomba detonada sobre Hiroshima tenía 16 kilotones.
Este hito marcó el comienzo de una nueva era en la carrera armamentista nuclear, ya que la bomba de hidrógeno fue mucho más poderosa que las bombas atómicas utilizadas previamente en la Segunda Guerra Mundial, como la lanzada sobre Hiroshima.
Ivy Mike fue el nombre en clave dado a esta prueba nuclear, que formó parte de la Operación Ivy , una serie de experimentos nucleares llevados a cabo por Estados Unidos en el Pacífico. La bomba detonada tenía un diseño basado en el principio de la fusión nuclear , a diferencia de las bombas de fisión, como las que se usaron en Hiroshima y Nagasaki, que funcionaban dividiendo núcleos atómicos. La bomba de hidrógeno utiliza la fusión de núcleos de deuterio y tritio (isótopos del hidrógeno), un proceso similar al que ocurre en el interior del Sol, liberando una cantidad de energía muchísimo mayor.
La potencia de Ivy Mike fue asombrosa, alcanzando los 10,4 megatones de fuerza explosiva, lo que la hizo unas 700 veces más poderosa que la bomba de 16 kilotones lanzada sobre Hiroshima . Esta diferencia ilustra el incremento devastador en el potencial destructivo de las armas nucleares de fusión frente a las de fisión.
La detonación de Ivy Mike fue de tal magnitud que literalmente vaporizó la pequeña isla de Elugelab , en el atolón de Enewetak. La explosión creó un cráter de casi 2 kilómetros de diámetro y unos 50 metros de profundidad, y la nube en forma de hongo que se elevó tras la explosión alcanzó más de 37 kilómetros de altura, extendiéndose por unos 160 kilómetros de ancho en la atmósfera.
Los efectos radiológicos también fueron significativos, con altos niveles de radiación esparciéndose por la zona, lo que dejó el atolón habitable durante décadas. Las pruebas nucleares en el Pacífico, incluida Ivy Mike, tuvieron un impacto devastador en los ecosistemas locales y las comunidades indígenas de las Islas Marshall, que se vieron afectadas por la radiación y desplazadas de sus tierras.
La detonación de la bomba Ivy Mike ocurrió en un contexto de Guerra Fría y carrera armamentista entre Estados Unidos y la Unión Soviética. La creación de la bomba de hidrógeno representó un salto cualitativo en las capacidades militares, ya que la potencia destructiva de esta arma podría potencialmente devastar ciudades enteras y generar efectos climáticos y ambientales de gran magnitud.
El desarrollo de la bomba de hidrógeno fue impulsado por científicos como Edward Teller y Stanislaw Ulam , quienes lograron perfeccionar el diseño de la bomba para hacerla funcional. La capacidad de Estados Unidos de detonar una bomba termonuclear supuso un avance estratégico en la competencia nuclear con la Unión Soviética, que detonaría su propia bomba de hidrógeno en 1955.
Comparación con la Bomba de Hiroshima
La bomba lanzada sobre Hiroshima en 1945, llamada Little Boy , tenía una potencia de 16 kilotones (0,016 megatones), lo que en comparación con los 10,4 megatones de Ivy Mike muestra una diferencia abrumadora en términos de poder destructivo. Mientras que la bomba de Hiroshima destruyó la ciudad y provocó la muerte de aproximadamente 140.000 personas en los meses posteriores a la explosión, un
El éxito de Ivy Mike confirmó el poder de las armas termonucleares y sentó las bases para el desarrollo de arsenales nucleares aún más poderosos en los años siguientes. La carrera armamentista nuclear alcanzó nuevas dimensiones
Aunque Ivy Mike fue solo una prueba, su impacto político, militar y científico fue enorme. Posteriormente, ambos bandos de la Guerra Fría acumularon millas de armas termonucleares, generando una situación de «destrucción».
