Tal dia como hoy, 25 de octubre de 1836.

Se instala el Obelisco de Lúxor, del templo de Karnak, en la Plaza de la Concordia en París,Francia, un regalo del virrey de Egipto, Mehmet Alí, a cambio de un reloj para la mezquita de alabastro.

Este monumental obelisco es una de las estructuras antiguas más emblemáticas que se encuentran fuera de Egipto y tiene una rica historia que se remonta a millas de años.

El obelisco originalmente formaba parte del templo de Karnak , en Luxor, un sitio arqueológico de importancia excepcional, conocido por sus impresionantes templos y monumentos que datan de la época del antiguo Egipto.

Este obelisco fue erigido en el siglo XIII aC por el faraón Ramés II y estaba destinado a simbolizar la grandeza del faraón y el poder de Egipto. Medía aproximadamente 23 metros de altura y pesaba alrededor de 250 toneladas.

La llegada del obelisco a París fue resultado de un regalo diplomático del virrey de Egipto, Mehmet Alí , a Francia. Este intercambio de obsequios tenía un contexto de cooperación y amistad entre ambos países. A cambio de este majestuoso monumento, Mehmet Alí solicitó la construcción de un reloj para la mezquita de alabastro que había sido erigida en El Cairo, mostrando así un interés por la modernización y el desarrollo de infraestructuras en Egipto.

El traslado del obelisco desde Egipto hasta París fue un gran desafío logístico.

Fue enviado a través del mar Mediterráneo en un barco especialmente diseñado, y su instalación requirió un esfuerzo monumental que incluyó la creación de un pedestal de granito para sostener la pesada estructura.

Finalmente, después de su colocación en la Plaza de la Concordia, el obelisco se convirtió en un símbolo de la conexión entre la cultura francesa y la antigua civilización egipcia.

Hoy en día, el Obelisco de Lúxor es uno de los principales puntos de interés turístico en París. Se encuentra en un lugar privilegiado, rodeado de fuentes y jardines, y es una representación del intercambio cultural y diplomático que ha marcado la historia entre Egipto y Europa.

Este monumento no solo recuerda la historia antigua de Egipto, sino que también simboliza la fascinación duradera que la civilización egipcia ha ejercido sobre el mundo occidental a lo largo de los siglos.

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