En el marco de la Segunda Guerra Mundial, comienza la batalla naval del Golfo de Leyte, en la que la fuerza naval estadounidense derrota a los japoneses y se convierte en un hecho decisivo para el desenlace de la guerra. Se considera una de los combates navales más grandes de la historia.
Este conflicto marcó un punto de inflexión crucial en la guerra del Pacífico, donde la fuerza naval de Estados Unidos logró una victoria decisiva sobre la Armada Imperial Japonesa.
Contexto de la Batalla Naval del Golfo de Leyte.
La batalla del Golfo de Leyte fue parte de la campaña de Filipinas, que buscaba recuperar las islas filipinas del control japonés.
Después de la exitosa batalla de las Filipinas y las campañas en las Islas Salomón y Nueva Guinea, las fuerzas estadounidenses estaban listas para llevar a cabo una ofensiva mayor en el archipiélago filipino.
La flota estadounidense, bajo el mando del almirante William D. Leahy, contaba con una superioridad numérica y tecnológica significativa.
Por su parte, la flota japonesa, liderada por el almirante Soemu Toyoda, intentó implementar la estrategia de «kamikaze» y maniobras de distracción para desviar la atención de las fuerzas estadounidenses.
La batalla se dividió en varias fases, comenzando el 22 de octubre de 1944, con enfrentamientos aéreos y navales. Las fuerzas estadounidenses, con un poderoso despliegue de portaaviones, destructores y cruceros, atacaron la flota japonesa, causando graves daños.
Durante varios días, se produjeron intensos enfrentamientos navales.
La batalla del Golfo de Leyte se considera uno de los combates navales más grandes de la historia, involucrando más de 200 buques de guerra y miles de aviones.
Las tácticas estadounidenses, que incluían el uso de portaaviones y ataques aéreos coordinados, fueron decisivas.
La derrota de la Armada japonesa fue devastadora.
Se estima que Japón perdió alrededor de 26 buques de guerra, incluidos varios portaaviones, y miles de marineros.
La victoria de los Estados Unidos no solo significó el control de Filipinas, sino que también debilitó significativamente la capacidad naval japonesa, dejando a sus fuerzas en una posición defensiva.
La batalla del Golfo de Leyte fue un punto de inflexión que aceleró el colapso de la capacidad militar japonesa en el Pacífico.
Posteriormente, las fuerzas estadounidenses pudieron avanzar en sus campañas hacia las islas principales de Japón.
La batalla naval del Golfo de Leyte no solo fue un hito militar, sino también un momento simbólico que evidenció la creciente supremacía naval de Estados Unidos en el Pacífico. La combinación de tácticas innovadoras, la superioridad tecnológica y el compromiso de las fuerzas estadounidenses fueron factores cruciales en esta victoria, que desempeñó un papel clave en la culminación de la Segunda Guerra Mundial.
