En la Conferencia Internacional del Meridiano, celebrada en Washington, Estados Unidos, queda acordado que el meridiano 0º es el de Greenwich.
Este acuerdo tuvo un impacto duradero en la navegación, la cartografía y la organización del tiempo a nivel mundial.
A finales del siglo XIX, con el crecimiento del comercio y la navegación internacional, surgió la necesidad de un sistema de referencia común para la longitud. Antes de esta conferencia, varios países utilizaban diferentes meridianos como punto de referencia, lo que causaba confusiones en la navegación y el comercio.
A la conferencia asistieron representantes de 25 naciones. Se discutieron varios meridianos propuestos, pero el de Greenwich fue seleccionado debido a su uso predominante en la navegación y la astronomía, así como a su precisión en los mapas de la época.
En la conferencia, se acordó que el meridiano de Greenwich se utilizaría como el punto de referencia para la longitud 0º. Además, se decidió establecer un sistema horario global basado en la hora de Greenwich, que se convertiría en el estándar para coordinar el tiempo a nivel internacional.
Este acuerdo fue fundamental para la mejora de la navegación marítima. Con un meridiano de referencia, los navegantes podían calcular su posición en el océano de manera más precisa, utilizando cronómetros y mapas basados en este sistema.
La decisión de adoptar el meridiano de Greenwich también condujo al desarrollo del Tiempo Universal Coordinado (UTC), que se utiliza hoy en día como el estándar de tiempo internacional, facilitando la sincronización de relojes y horarios en todo el mundo.
La elección de Greenwich como el meridiano 0º tuvo un impacto significativo en la cartografía moderna y el desarrollo de sistemas de navegación.
La referencia al meridiano de Greenwich sigue siendo utilizada en la actualidad, y el Observatorio Real de Greenwich es un sitio emblemático en la historia de la ciencia y la navegación.
La Conferencia Internacional del Meridiano de 1884 no solo resolvió la cuestión de la longitud, sino que también sentó las bases para la organización del tiempo y la navegación moderna, unificando un sistema que aún es relevante en la actualidad.
