El piloto de globos André-Jacques Garnerin realiza el primer salto con paracaídas de la historia, desde un globo aerostático situado sobre el parque Monceau, en París , Francia.
Garnerin fue un pionero de la aviación y un destacado globero. Nació en 1769 en Francia y se convirtió en un apasionado de los globos aerostáticos tras la invención de este medio de transporte por los hermanos Montgolfier en 1783. Su curiosidad y deseo de experimentar lo llevaron a explorar las posibilidades de descender de los cielos de forma segura.
Garnerin diseñó un paracaídas con una estructura de tela que se asemejaba a un paraguas, lo que le permitía abrirse y ralentizar su descenso.
El paracaídas tenía un diámetro de aproximadamente 7 metros y estaba hecho de una tela ligera, asegurado a un arnés que lo sujetaba durante la caída.
En el día del salto, Garnerin ascendió a una altura de aproximadamente 3,200 metros (10,500 pies) en su globo aerostático.
Tras alcanzar la altitud deseada, se cortó el cable que lo unía al globo y comenzó su descenso.
Al abrir su paracaídas, Garnerin descendió con éxito y aterrizó de manera segura en el parque Monceau, sorprendiendo a los espectadores.
El salto de Garnerin fue un evento sensacional en París y atrajo la atención de una gran multitud.
Su hazaña demostró que era posible descender de un globo de manera controlada, abriendo las puertas a futuras investigaciones sobre la aviación y la seguridad en el vuelo.
André-Jacques Garnerin es recordado como el inventor del paracaídas moderno y uno de los primeros en demostrar la posibilidad del salto en caída libre.
Su trabajo inspiró a otros a seguir explorando el potencial de la aviación y la seguridad en los vuelos.
Aunque el paracaidismo ha evolucionado considerablemente desde el primer salto de Garnerin, su hazaña sentó las bases para el desarrollo de técnicas y equipos modernos.
Hoy en día, el paracaidismo es una actividad recreativa popular y se utiliza en aplicaciones militares y de rescate.
El salto de paracaídas realizado por André-Jacques Garnerin el 22 de octubre de 1797 no solo fue un logro individual, sino que también marcó un avance en la comprensión del vuelo y la seguridad en la aviación, convirtiéndose en un momento fundamental en la historia del paracaidismo.
