Tal dia como hoy, 11 de octubre de 1934.

Vuelve a instaurarse en España la pena de muerte por garrote vil;un tornillo que al girarlo causaba a la víctima la rotura del cuello, durante la Segunda República.

la pena de muerte por garrote vil, un método de ejecución que había sido utilizado en España desde el siglo XVIII. El garrote vil consistía en un dispositivo con un collar de hierro y un tornillo, que, al ser girado, causaba la rotura del cuello de la víctima, resultando en una muerte rápida, aunque a menudo dolorosa.

La reimplantación de la pena de muerte por este método en 1934 se produjo en un contexto de creciente tensión política y social en España.

La Segunda República, instaurada en 1931, había promulgado una serie de reformas progresistas, entre ellas, la abolición de la pena de muerte en 1932, en consonancia con el espíritu de modernización y humanismo del nuevo régimen. Sin embargo, los años que siguieron estuvieron marcados por fuertes conflictos sociales, levantamientos y enfrentamientos ideológicos entre sectores conservadores, republicanos, socialistas y anarquistas, lo que llevó a una situación de inestabilidad.

El bienio conservador (1933-1935), cuando las fuerzas de derecha accedieron al poder bajo el liderazgo de Alejandro Lerroux, trajo consigo una serie de retrocesos en las políticas progresistas del gobierno republicano anterior.

Ante la creciente ola de violencia política y disturbios sociales, como las huelgas y revueltas, particularmente el levantamiento de Asturias en octubre de 1934, las autoridades republicanas decidieron reinstaurar la pena de muerte como una medida de control y castigo para crímenes considerados graves o subversivos.

El garrote vil, que ya había sido utilizado en España desde hacía siglos, se aplicó en ocasiones a personas condenadas por delitos como asesinato o traición.

Este método fue considerado, en su época, una alternativa «más humana» frente a otras formas de ejecución, como la horca o el fusilamiento.

No obstante, la crueldad del garrote vil lo convirtió en uno de los símbolos más oscuros de la justicia penal en España.

La pena de muerte por garrote vil continuó utilizándose en España incluso después de la Guerra Civil, y se empleó hasta mediados del siglo XX.

La última ejecución por este método tuvo lugar en 1974.

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