El embajador japonés Miura Goro ordena el asesinato de la Reina Min, heroína coreana y la última emperatriz de Corea.
El 8 de octubre de 1895, se llevó a cabo el asesinato de la Reina Min, también conocida como Emperatriz Myeongseong, quien fue una figura clave en la historia de Corea y la última emperatriz del país. Este trágico evento fue el resultado de tensiones políticas en la península coreana y el interés imperial de Japón en expandir su influencia en la región.
Contexto Histórico:
- Reina Min: Nacida en 1851, la Reina Min se casó con el rey Gojong de Corea y se convirtió en una figura poderosa en la corte. Fue conocida por su defensa de la soberanía coreana y por sus esfuerzos por modernizar el país frente a la presión de potencias extranjeras, especialmente Japón.
- Intervención japonesa: A finales del siglo XIX, Japón había comenzado a establecer su dominio sobre Corea, lo que provocó un conflicto entre las facciones pro-japonesas y pro-coreanas en la corte. La Reina Min se opuso firmemente a la influencia japonesa y trató de mantener la independencia de Corea.
- Asesinato: El embajador japonés en Corea, Miura Goro, fue una de las figuras detrás del complot que condujo al asesinato de la Reina Min. El 8 de octubre de 1895, un grupo de agentes japoneses irrumpió en el palacio, donde la reina fue asesinada de manera brutal.
- Su muerte fue un golpe devastador para el nacionalismo coreano y marcó un punto de no retorno en la historia de Corea.
Consecuencias:
El asesinato de la Reina Min tuvo profundas repercusiones en Corea:
- Desestabilización de la corte: Su muerte dejó un vacío de poder y debilitó la posición del rey Gojong, quien, aunque continuó reinando, fue incapaz de resistir la creciente influencia japonesa.
- Colonización japonesa: En 1910, Japón formalizó la anexión de Corea, que se convirtió en una colonia japonesa. Este período de ocupación fue marcado por una dura represión y un intento sistemático de eliminar la identidad coreana.
- Heroína nacional: Con el tiempo, la Reina Min ha sido recordada como una heroína nacional en Corea, simbolizando la lucha por la independencia y la resistencia contra la opresión.
Este trágico evento resalta las complejidades de la historia de Corea en el contexto de la intervención extranjera y la lucha por la soberanía.
