Comienza en Estados Unidos el juicio al presidente Richard Nixon por el caso ‘Watergate’, en el que se destaparon abusos de poder para controlar y presionar a personalidades ‘sospechosas’ de ser opositores al gobierno.
El 3 de octubre de 1974 comenzó en Estados Unidos el juicio relacionado con el escándalo Watergate, un caso que destapó abusos de poder y corrupción en el gobierno del presidente Richard Nixon.
Aunque para esa fecha Nixon ya había dimitido de la presidencia el 9 de agosto de 1974, los juicios continuaron para esclarecer la profundidad de los actos ilegales cometidos por sus colaboradores cercanos y para responsabilizar a los involucrados.
El escándalo Watergate se originó en 1972, cuando se descubrió que un grupo de personas, vinculadas al Comité de Reelección de Nixon, irrumpió en las oficinas del Comité Nacional Demócrata en el complejo de Watergate en Washington D.C., con la intención de instalar dispositivos de espionaje.
A medida que las investigaciones progresaron, se descubrieron una serie de actividades ilícitas, que incluían espionaje político, sabotaje de opositores y uso indebido de agencias gubernamentales para atacar a adversarios políticos.
El punto crucial del escándalo fue la revelación de las cintas de grabación secretas en la Casa Blanca, que demostraron que Nixon había intentado encubrir los crímenes cometidos por sus colaboradores.
Esto condujo a un proceso de impeachment o destitución en el Congreso, que se estaba desarrollando cuando Nixon decidió dimitir, convirtiéndose en el primer presidente de los Estados Unidos en renunciar al cargo.
Aunque Nixon evitó el juicio directo tras su renuncia, su sucesor, el presidente Gerald Ford, le otorgó un perdón presidencial el 8 de septiembre de 1974, lo que puso fin a cualquier posibilidad de juicio penal en su contra. Sin embargo, muchos de sus colaboradores, incluidos altos funcionarios de su administración, fueron procesados y condenados por delitos como obstrucción de la justicia y conspiración.
El caso Watergate dejó una huella profunda en la política estadounidense, llevando a una mayor vigilancia sobre el poder ejecutivo y cambios en las leyes de transparencia y responsabilidad gubernamental.
