En el marco de la Segunda Guerra Mundial, comienza la Operación Tifón, en la que las tropas nazis realizan un ataque masivo para invadir Moscú.
en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, comenzó la Operación Tifón, el nombre en clave para el intento nazi de capturar Moscú, la capital de la Unión Soviética.
Esta ofensiva formaba parte de la campaña alemana en el frente oriental conocida como Operación Barbarroja, cuyo objetivo era derrotar rápidamente a la Unión Soviética.
La Operación Tifón fue un asalto masivo llevado a cabo por el Grupo de Ejércitos Centro del ejército alemán, bajo el mando del mariscal de campo Fedor von Bock.
El ataque comenzó con el objetivo de rodear y destruir a las fuerzas soviéticas defendiendo Moscú, y así ocupar la ciudad antes de la llegada del invierno. La estrategia alemana consistía en dos grandes movimientos envolventes: uno desde el norte y otro desde el sur, para rodear a los ejércitos soviéticos que protegían la ciudad.
Inicialmente, la ofensiva fue exitosa, y los alemanes lograron avanzar rápidamente, capturando grandes cantidades de territorio y prisioneros soviéticos.
Sin embargo, el Ejército Rojo, dirigido por el general Georgi Zhúkov, logró organizar una tenaz defensa y contraataques que ralentizaron el avance nazi.
Además, el duro invierno ruso, con temperaturas extremas y fuertes nevadas, jugó un papel crucial en detener a las tropas alemanas, que no estaban preparadas ni equipadas para combatir en esas condiciones.
La batalla por Moscú se prolongó hasta enero de 1942, cuando las fuerzas soviéticas lanzaron una contraofensiva masiva que obligó a los alemanes a retirarse.
El fracaso de la Operación Tifón fue un punto de inflexión en la guerra, ya que marcó el primer gran revés de la Wehrmacht en el frente oriental, debilitando su capacidad para continuar la ofensiva en la Unión Soviética y comenzando el largo proceso de desgaste que finalmente llevaría a la derrota alemana.
