Dentro de las Segundas Guerras Médicas ocurre la Batalla de Salamina, en la isla griega de mismo nombre, en la que una alianza de ciudades-estado griegas se enfrentaron a la flota del Imperio persa
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La famosa Batalla de Salamina, una de las batallas navales más decisivas de la historia antigua.
En esta confrontación, una coalición de ciudades-estado griegas, liderada principalmente por Atenas y Esparta, se enfrentó a la poderosa flota del Imperio persa, comandada por el rey Jerjes I.
La batalla ocurrió en el estrecho de Salamina, una isla cercana a Atenas, y fue un punto de inflexión en las guerras greco-persas.
A pesar de estar en desventaja numérica, los griegos, liderados por el estratega ateniense Temístocles, utilizaron su conocimiento del terreno y las tácticas navales para atraer a la flota persa a los estrechos, donde su superioridad numérica se vio reducida.
Gracias a la maniobra astuta de Temístocles y la cohesión de las fuerzas griegas, la flota persa sufrió una derrota aplastante.
Este triunfo marcó un punto clave en las Guerras Médicas, frenando el avance de Jerjes sobre Grecia y garantizando la supervivencia de la cultura y las ciudades-estado griegas.
La victoria en Salamina fue crucial no solo militarmente, sino también simbólicamente, ya que permitió a los griegos preservar su independencia y su civilización frente al enorme poder del Imperio persa
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