Sucede la invasión de Polonia por parte de la Alemania Nazi, dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial.
El 1 de septiembre de 1939, el mundo presenció uno de los eventos más significativos y devastadores de la historia moderna: la invasión de Polonia por parte de la Alemania Nazi, que marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Durante la década de 1930, Europa estaba sumida en tensiones crecientes debido al expansionismo agresivo de la Alemania Nazi bajo el liderazgo de Adolf Hitler.
Tras la remilitarización de Renania, el Anschluss con Austria en 1938 y la anexión de los Sudetes en Checoslovaquia, Hitler había consolidado su poder y estaba dispuesto a expandir el Tercer Reich aún más.
Polonia, situada estratégicamente entre Alemania y la Unión Soviética, se convirtió en el siguiente objetivo de Hitler. A pesar de los intentos diplomáticos de evitar un conflicto, como los Acuerdos de Múnich de 1938, que cedieron partes de Checoslovaquia a Alemania en un intento de apaciguamiento, la situación se deterioró rápidamente.
La invasión comenzó en la madrugada del 1 de septiembre de 1939, cuando las fuerzas alemanas cruzaron la frontera polaca en una operación militar denominada «Fall Weiss», Caso Blanco.
La invasión fue un ejemplo de la estrategia militar conocida como «Blitzkrieg» o guerra relámpago, caracterizada por el uso de fuerzas móviles, tanques y aviación para desbordar rápidamente las defensas enemigas.
El ataque alemán comenzó con bombardeos aéreos sobre ciudades polacas, incluido Varsovia, seguidos por la invasión terrestre con tropas mecanizadas y blindadas.
Polonia, a pesar de su valiente resistencia, no pudo hacer frente a la superioridad militar alemana. El 17 de septiembre, la Unión Soviética, en virtud del pacto Molotov-Ribbentrop firmado en agosto de 1939 con Alemania, invadió Polonia desde el este, sellando el destino del país.
La invasión de Polonia desencadenó una rápida respuesta internacional. El 3 de septiembre de 1939, el Reino Unido y Francia, que habían garantizado la seguridad de Polonia, declararon la guerra a Alemania.
Sin embargo, no emprendieron acciones militares significativas en apoyo a Polonia, lo que llevó a lo que se conoce como la «Guerra Falsa» o «Sitzkrieg» en Occidente.
Polonia fue dividida entre Alemania y la Unión Soviética, y su gobierno huyó al exilio. La brutal ocupación alemana que siguió marcó el comienzo de una serie de atrocidades, incluyendo el Holocausto y la represión masiva de la población polaca.
La invasión de Polonia no solo marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, sino que también simbolizó el fracaso de las políticas de apaciguamiento que intentaban evitar la guerra a toda costa.
La guerra resultante se extendió por seis años, causando la muerte de decenas de millones de personas y cambiando para siempre la faz del mundo.
Este evento también sirvió como recordatorio de las consecuencias de la agresión expansionista y la importancia de la resistencia colectiva frente a tales amenazas.
La Segunda Guerra Mundial transformó el orden mundial y dejó lecciones imborrables sobre la naturaleza del conflicto y la necesidad de defender los valores de libertad y justicia.
