En Boston Estados Unidos, el inventor estadounidense Isaac Merrit Singer patenta la máquina de coser.
Patentó su versión mejorada de la máquina de coser, un invento que revolucionaría la industria textil y la confección en todo el mundo.
Aunque no fue el primero en inventar una máquina de coser, Singer mejoró significativamente los diseños existentes, haciendo que su máquina fuera más práctica y eficiente para el uso doméstico y comercial.
Algunas de las innovaciones clave de Singer incluyeron un movimiento de aguja recto y vertical, una mesa para sostener la tela plana mientras se cosía y un pedal que permitía a las manos del operador quedar libres para guiar la tela.
La patente de Singer, número 8,294, marcó el comienzo de la comercialización masiva de máquinas de coser.
Fundó la compañía I.M. Singer & Co., que pronto se convirtió en una de las mayores productoras de máquinas de coser del mundo.
Singer no solo se destacó por sus innovaciones técnicas, sino también por sus habilidades empresariales, introduciendo planes de venta a plazos y servicios de reparación, lo que hizo que las máquinas de coser fueran accesibles para una mayor parte de la población.
La máquina de coser de Singer facilitó la producción de prendas de vestir, reduciendo drásticamente el tiempo y el esfuerzo necesarios para coser a mano.
Esto no solo transformó la industria textil, sino que también tuvo un impacto significativo en la vida cotidiana, especialmente en el hogar, donde se convirtió en una herramienta esencial para las familias.
La patente de Isaac Merritt Singer el 12 de agosto de 1851 fue un hito en la historia de la tecnología y la industria, cuyas repercusiones se sienten aún hoy en día.
