El fraile Dom Perignon inventa el champán, probablemente de manera accidental, en la abadía de Hautvellíers en la región de Champaña, Francia.
La historia de Dom Pérignon y la invención del champán es una mezcla de hechos y leyendas.
El 4 de agosto de 1693 es una fecha frecuentemente mencionada en relación con la creación del champán, atribuyéndole este descubrimiento al fraile benedictino Dom Pierre Pérignon, quien trabajaba en la abadía de Hautvillers en la región de Champaña, Francia.
Dom Pérignon (1638-1715) fue un monje dedicado a mejorar los métodos de elaboración del vino, y aunque no inventó el champán tal como lo conocemos hoy, sí hizo importantes contribuciones a la viticultura y a la vinificación en la región de Champaña.
Entre sus logros, se incluye la práctica de mezclar uvas de diferentes viñedos para mejorar la calidad del vino, y la utilización de botellas de vidrio más grueso y tapones de corcho, que ayudaban a contener la presión del gas en el vino espumoso.
La idea de que Dom Pérignon inventó el champán «accidentalmente» proviene de la tendencia de los vinos de la región a re-fermentar en la botella, lo que generaba burbujas.
Aunque esta re-fermentación era inicialmente vista como un defecto, con el tiempo se perfeccionó el proceso para producir deliberadamente el vino espumoso.
Aunque Dom Pérignon no inventó el champán de la manera en que a menudo se relata, su trabajo en la abadía de Hautvillers sentó las bases para el desarrollo del método champenoise, que es la técnica clásica de elaboración del champán.
