Tal día como hoy, 3 de agosto de 1347.

En el norte de Francia finaliza el sitio de Calais y comienza lo que más tarde se llamaría la guerra de los Cien Años.

La Guerra de los Cien Años (1337-1453) fue un prolongado conflicto entre el Reino de Inglaterra y el Reino de Francia.

La guerra fue motivada por una serie de disputas territoriales y de sucesión dinástica.

Antecedentes del Sitio de Calais:

El conflicto comenzó en 1337, cuando el rey Eduardo III de Inglaterra reclamó el trono de Francia en contra de Felipe VI, lo que desató hostilidades entre ambos reinos. Los primeros años del conflicto vieron varias batallas importantes, como la Batalla de Sluys (1340) y la Batalla de Crécy (1346).

Después de su victoria en la Batalla de Crécy en 1346, Eduardo III de Inglaterra dirigió sus fuerzas hacia el puerto estratégico de Calais.

La ciudad estaba bien fortificada y fue asediada por las fuerzas inglesas desde septiembre de 1346.

El sitio de Calais duró casi un año. Eduardo III empleó una estrategia de bloqueo, cortando todos los suministros a la ciudad y construyendo fortificaciones para evitar que los franceses rompieran el asedio.

Los defensores y los habitantes de Calais sufrieron severas privaciones.

Finalmente, el 3 de agosto de 1347, los agotados defensores de Calais se rindieron.

Eduardo III permitió que la mayoría de los ciudadanos se marcharan, pero seis de los líderes de la ciudad se ofrecieron como rehenes para salvar a los demás, un acto que ha sido conmemorado en la obra «Los burgueses de Calais» de Auguste Rodin.

La captura de Calais fue un golpe significativo para Francia y una victoria estratégica importante para Inglaterra. Calais se convirtió en una base inglesa clave en el continente, facilitando futuras operaciones militares y comerciales.

Inglaterra mantuvo el control de Calais durante más de dos siglos, hasta que fue recuperada por Francia en 1558.

La caída de Calais no puso fin al conflicto, sino que marcó el inicio de una nueva fase en la Guerra de los Cien Años. Las hostilidades continuaron con fluctuaciones en el control territorial y varias treguas y tratados temporales.

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