El papa Sixto IV nombra por bula a fray Tomás de Torquemada inquisidor general de Castilla y León, cargo que haría extensivo a Aragón, Cataluña y Valencia por bula de 17 de octubre del mismo año, y que le convertiría en el primer inquisidor general para toda España.
Nacido alrededor de 1420, Tomás de Torquemada era un fraile dominico conocido por su fervor religioso y su estricta adhesión a la ortodoxia católica. Su nombramiento como inquisidor general fue respaldado por su reputación de devoción y severidad.
La Inquisición Española fue establecida por los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, en 1478 con la aprobación papal, con el propósito de mantener la ortodoxia católica en sus reinos y consolidar su poder mediante la unificación religiosa.
El papa Sixto IV, aunque inicialmente aprobó la creación de la Inquisición, tuvo tensiones con los Reyes Católicos debido a la dureza y el alcance de las actividades inquisitoriales.
Bajo el liderazgo de Torquemada, la Inquisición se volvió más sistemática y eficiente. Implementó reformas administrativas y estableció procedimientos estandarizados, lo que permitió una persecución más efectiva de los herejes, conversos (judíos y musulmanes convertidos al cristianismo), y otros considerados desviantes de la fe católica.
