Estados Unidos compra a Rusia el territorio de Alaska por 7, 2 millones de dólares.
Esta transacción se conoce como la Compra de Alaska.
La idea de vender Alaska surgió del lado ruso, ya que el Imperio Ruso estaba atravesando dificultades financieras y temía perder el territorio sin compensación en caso de un conflicto con Gran Bretaña, que dominaba Canadá. El ministro ruso en Washington, Eduard de Stoeckl, fue instruido para negociar la venta con el secretario de Estado estadounidense, William H. Seward.
Las negociaciones culminaron el 30 de marzo de 1867, cuando se firmó el tratado de compra. Sin embargo, la transferencia oficial de Alaska a Estados Unidos se realizó el 18 de octubre de 1867, en una ceremonia en Sitka, la entonces capital del territorio.
En aquel momento, muchos estadounidenses veían la compra con escepticismo y la llamaban «La locura de Seward» o «El jardín de hielo de Seward», ya que consideraban que Alaska era un territorio remoto y de poco valor.
Sin embargo, con el tiempo, la compra demostró ser una decisión estratégica y económicamente beneficiosa para Estados Unidos, especialmente después de los descubrimientos de oro y petróleo en la región.
Alaska se convirtió en un territorio de los Estados Unidos, y más tarde, el 3 de enero de 1959, fue admitida como el 49º estado de la Unión. Hoy en día, Alaska es conocida por su vasto y rico entorno natural, su importancia estratégica y sus abundantes recursos naturales.
