Las victorias conseguidas por Juana de Arco en la Guerra de los Cien Años, para liberar a Francia de los ingleses, hacen que Carlos VII sea coronado como rey de Francia en la Catedral de Reims.
La Guerra de los Cien Años (1337-1453) fue un conflicto prolongado entre Francia e Inglaterra por el trono francés.
En 1429, Francia se encontraba en una situación crítica, con la capital, París, bajo control inglés y el rey legítimo, Carlos VII, sin el apoyo popular.
En este contexto, surgió la figura de Juana de Arco, una joven campesina que afirmó haber recibido visiones divinas para ayudar a Francia a vencer a los ingleses.
Las victorias de Juana de Arco:
Juana de Arco lideró al ejército francés a una serie de victorias inesperadas, incluyendo el levantamiento del sitio de Orleans en 1428.
Su liderazgo inspiró a las tropas francesas y convenció a muchos de la legitimidad del rey Carlos VII.
La coronación de Carlos VII:
El 17 de julio de 1429, Carlos VII fue coronado rey de Francia en la Catedral de Reims, la ciudad tradicional para la coronación de los monarcas franceses.
La coronación se celebró en presencia de Juana de Arco, quien fue considerada una heroína nacional.
Este evento marcó un punto de inflexión en la Guerra de los Cien Años, ya que fortaleció la posición de Carlos VII como rey legítimo y dio un impulso moral a las tropas francesas.
El legado de Juana de Arco:
Juana de Arco fue capturada por los ingleses en 1430 y condenada a muerte por herejía.
Fue quemada en la hoguera en 1431, pero su figura se convirtió en un símbolo de la resistencia francesa contra la ocupación inglesa.
En 1920, la Iglesia Católica la declaró santa.
La coronación de Carlos VII en 1429 es un evento histórico que está estrechamente ligado a la figura de Juana de Arco.
