Francia ofrece la Estatua de la Libertad como regalo a Estados Unidos, en nombre de la amistad franco-estadounidense, y con motivo del centenario de la independencia de los Estados Unidos.
Este imponente monumento, obra maestra del escultor francés Frédéric Auguste Bartholdi, fue inaugurado el 28 de octubre de 1886 en la Isla de la Libertad de Nueva York.
Un símbolo de amistad y libertad:
La Estatua de la Libertad, con su antorcha en alto y su mirada hacia el Atlántico, se erigió como un faro de esperanza para los inmigrantes que llegaban a Estados Unidos en busca de una nueva vida. Se convirtió en un icono universal de la libertad y la democracia, representando los valores compartidos por ambas naciones.
Un regalo con historia:
La idea de la Estatua de la Libertad surgió en 1865, propuesta por el político francés Édouard de Laboulaye, quien la veía como un símbolo de la amistad entre Francia y Estados Unidos, y una conmemoración del centenario de la independencia estadounidense.
El diseño de la estatua estuvo a cargo de Bartholdi, mientras que la estructura interna fue concebida por el ingeniero francés Gustave Eiffel. La construcción se llevó a cabo en Francia y, tras su finalización, fue desmontada y transportada en 350 piezas a través del Atlántico.
Un legado que perdura:
Más de un siglo después de su inauguración, la Estatua de la Libertad sigue siendo un símbolo poderoso que inspira a personas de todo el mundo. Es un recordatorio de la lucha por la libertad, la democracia y los derechos humanos, y un emblema de la amistad duradera entre Francia y Estados Unidos.
Un 4 de julio histórico:
El 4 de julio de 1886 marcó un momento crucial en la historia de ambas naciones. La entrega de la Estatua de la Libertad afianzó los lazos de amistad entre Francia y Estados Unidos, y consolidó la imagen de este monumento como un símbolo universal de libertad y esperanza.
Un regalo invaluable:
La Estatua de la Libertad no solo fue un regalo material, sino también un gesto de profunda amistad y admiración entre dos naciones que comparten valores fundamentales. Su legado perdura en el tiempo, inspirando a generaciones y recordándonos la importancia de la libertad, la democracia y la búsqueda de un mundo mejor.
