Sucede la Batalla de Waterloo en Waterloo, cerca de Bruselas, entre el ejército francés comandado por el emperador Napoleón Bonaparte, contra las tropas británicas, Neerlandesas y alemanas, dirigidas por el duque de Wellington, y el ejército prusiano.
Las tropas napoleónicas son derrotadas, por lo que Napoleón Bonaparte tiene que renunciar el trono por segunda vez.
En este épico enfrentamiento, el ejército francés, liderado por el mismísimo Napoleón Bonaparte, se vio contra las fuerzas aliadas compuestas por tropas británicas, neerlandesas y alemanas, bajo el mando del Duque de Wellington y con el apoyo del ejército prusiano comandado por el mariscal Gebhard Leberecht von Blücher.
Tras una dura batalla que duró horas, las tropas napoleónicas sufrieron una derrota contundente, poniendo fin al reinado de Napoleón y consolidando la victoria de la Séptima Coalición.
Las consecuencias de Waterloo fueron trascendentales:
- Napoleón Bonaparte se vio obligado a abdicar por segunda vez y fue exiliado a la remota isla de Santa Elena, donde falleció años más tarde.
- Se dio fin al Primer Imperio Francés, marcando el ocaso del poderío militar de Napoleón y el comienzo de una nueva era en Europa.
- Se reestableció el equilibrio de poder en Europa, con las potencias victoriosas redefiniendo las fronteras y estableciendo un nuevo orden político.
La Batalla de Waterloo sigue siendo un evento histórico de gran relevancia, estudiado y analizado por historiadores y militares de todo el mundo.
Su impacto en la geopolítica europea y en el curso de la historia moderna es innegable.
